lunes, 23 de mayo de 2016

El Tiempo

Futuro, pasado, presente;
yo los nombro igualmente.
No tiene significado alguno
más que para cada una y uno.

Entre otros muchos inventos
hemos creado este cuento:
relojes, fechas, almanaques,
la hora de los sucios ataques.

Al levantarnos comienza
con el despertador y la alerta.
Corren segundos y horas.
¡Qué pierde el turno, señora!.
¡Rápido, rápido, Mariajo,
se oye en la iglesia el badajo!.

Siempre escuchando sirenas,
hasta en comidas y cenas.
¡Cerramos a las ocho!.
Ya suena el horno, ¡el bizcocho!.
¡Las dos y diez,
hala, todas a comer!.

Tengo cita a las tres
y yo masajista a las cuatro.
¡Me voy, me voy, que pierdo el tren!.
¡Búscate otro más barato!.

El diecisiete no puedo;
he quedado con Alfredo.
Si eso.., después del veinte,
¡a menos que todo reviente!.

¡Necesito vacaciones!.
Cuatro tempos las canciones.

Tic, tac, tic, tac,
el tiempo también es la edad,
pero, no sólo eso; ¡escuchad!,
..............................................
¡es algo más!.

¡Enhoramala, enhorabuena!,
noventa y nueve tenía la abuela.
¡Mmh!, casi, casi llega a los cien.
¡Si se encontraba muy bien!.

El metro va con retraso,
así, ¡no llego al trabajo!.

La casa.., un poco cara.
¡Bah!, en veinte años.., pagada.
Y, cuando la niña sea mayor,
viajaremos a Nueva York.

¡Una pena lo de Antonio!,
tan jóven y muere de insomnio.
Y, ¡cuántos sueños tenía!.
¡No somos nadie, María!.

Perspectivas, proyectos, planes,
expectativas a raudales.

Si, sólo hay que vivir el momento:
un abrazo a tiempo,
un mensaje a destiempo,
solventar un contratiempo...

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